Un pastor de la Convención Bautista reconoció públicamente que esa histórica congregación antes monolítica, sufre de un mal que hasta ahora no la había atacado con tanta ferocidad: la división y el surgimiento de pastores que se convierten en dictadores.
Mientras, un teólogo norteamericano, Juan Stam, advirtió que se ha desatado un movimiento cuyos líderes principales se autoproclaman apóstoles y hasta profetas que promueven los llamados “encuentros”, y muchos de ellos en busca del becerro de oro.
Otros pastores en END denunciaron antes el fenómeno conocido como la Secta de los 12 o “G-12”, que se originó en Colombia de la mano del pastor César Castellanos, quien ha creado todo un imperio que sus epígonos tratan de implantar en iglesias establecidas, causando una plaga de divisiones nunca antes registrada en los anales del protestantismo en Nicaragua
Capos de la Fe
En su oportunidad, el doctor en Teología George Abdo, calificó de “capos de la fe” a estos religiosos que acumulan poder y dinero aprovechándose de la ignorancia de los creyentes.
El teólogo Stam llamó la atención a que el “título de apóstol” está de moda en América Latina y el Caribe. Los que se autonombran así “se creen los ungidos de Dios y otros se creen validados por el crecimiento de sus iglesias”.
En su exposición en la Primera Iglesia Bautista, el teólogo escuchó de pastores y líderes evangélicos locales que surgió otra tendencia que provoca mucho daño a la iglesia: la de los “pastores dictadores”.
Stam, en declaraciones posteriores a Radio Cepad, apuntaló la denuncia de los predicadores: “Muchos pastores se vuelven dictadores al meterse en todos los aspectos de la vida, como si todo lo supieran o están en línea directa con el Todopoderoso”.
El académico, que participó en el ciclo de conferencias sobre “Poder y Autoridad”, que la Primera Iglesia Bautista promueve por sus 90 años a celebrarse en marzo de 2007, recomendó a los pastores que han asumido ese comportamiento a que “aprendan a consultar y trabajen en equipos, en grupos que consulten y que acompañen a sus fieles”
Tendencia dictatorial
Subrayó que “esta tendencia dictatorial hace mucho daño a la gente y la he visto en todos los países de América latina. He escuchado a muchos fieles que dicen: ‘Yo amo a mi Iglesia, pero no me gusta que el pastor se meta hasta con quién debemos casarnos’, me recordó una hermana”.
Stam aclaró que en la Biblia no aparece ninguna sucesión de apóstoles.
“Sí aparece que fueron testigos de la resurrección. La verdad que ese título está de moda y lo usan los pastores o líderes porque el título da más autoridad, y sobre todo lo usan los pastores que tienen sed de poder y dinero”, cuestionó.
También el teólogo criticó que otros usan ese nombre porque el título de pastor es muy pequeño para las prédicas en las mega iglesias, y por eso se llaman apóstoles, cuando la iglesia lo que necesita son siervos.
Por su parte, el pastor Félix Ruiz, de la Iglesia Bautista, habló de este movimiento de “apóstoles” que se creen los ungidos, y causan conflictos en la congregación. “Ya en las iglesias de la Convención Bautista se dio el primer brote, causando algunas divisiones”, reveló.
La bautista Martha Ruiz dijo que los “apóstoles” se creen validados por el crecimiento de sus iglesias. Stam, al atender muchas de las inquietudes de los 90 participantes de la conferencia, sostuvo que la Iglesia es “apostólica y no necesita apóstoles”. En cuanto a los famosos “encuentros”, el conferencista dijo que ahí prevalecía la manipulación y no confiaba en sus resultados porque tampoco edifican a la Iglesia.
Asimismo, respecto de los que se hacen pasar por “profetas”, otro de los títulos de moda, Stam explicó que la profecía es voluntad de Dios y no es vaticinio del futuro. Los profetas deben someterse a la crítica comunitaria, para que juzguen todos, tal como cita la Biblia.
El teólogo expresó que la feligresía debe preocuparse cuando está frente a un predicador que “todo lo sabe”, que sólo él es el autorizado, que sólo él puede levantar la voz. “Esa tendencia jerárquica no es sana en la Iglesia”.
Por eso, exhortó a los pastores a no volverse autoritarios como se está revelando ese modelo en muchas iglesias de América Latina, Centroamérica y el Caribe.
Dado que todavía el ambiente electoral no se disipa, Stam respondió a la vieja pregunta de si los evangélicos deben o no participar en política. “Es imposible no meterse en política, pero si lo hacen hay que ser más evangelista que político”.
Precisó que es un desafió la participación política en busca de un gobierno justo, en igualdad económica, que los que tienen más comparten con los que tienen menos. Si no lo cree, consulte la opinión de San Mateo. ¿Capítulo? El 6, número de hombre.
EL NUEVO DIÁRIO
Edwin Sánchez
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