Esaú Crespo
www.Iglesia Bautista.org
"Una simple lectura de una concordancia bíblica nos hace ver los diferentes sentidos que la palabra "pastor" tiene en la Biblia. Cuando la palabra aparece en el primer libro de la Biblia, el Génesis, se refiere a la actividad a la cual se dedicaba Abel; es decir, al cuido del rebaño de ovejas. Este sentido tiene la preeminencia en casi todos los relatos de la Biblia. Sin embargo, cuando leemos la literatura profética, la palabra ya tiene el significado figurado y se está refiriendo a los que tenían cargo de dirección en el pueblo de Israel. Es en este último sentido que la palabra es aplicada a los sacerdotes, reyes y profetas del pueblo israelita.
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"Una simple lectura de una concordancia bíblica nos hace ver los diferentes sentidos que la palabra "pastor" tiene en la Biblia. Cuando la palabra aparece en el primer libro de la Biblia, el Génesis, se refiere a la actividad a la cual se dedicaba Abel; es decir, al cuido del rebaño de ovejas. Este sentido tiene la preeminencia en casi todos los relatos de la Biblia. Sin embargo, cuando leemos la literatura profética, la palabra ya tiene el significado figurado y se está refiriendo a los que tenían cargo de dirección en el pueblo de Israel. Es en este último sentido que la palabra es aplicada a los sacerdotes, reyes y profetas del pueblo israelita.
En el Nuevo Testamento la palabra tiene que ver con los hombres que Dios llama para ser los responsables de cuidar los diferentes grupos de creyentes que conforman las iglesias locales. Tan glorioso significado adquirió la palabra que el Señor Jesucristo se la atribuye a su persona como también a su glorioso ministerio. En el pasaje citado arriba el autor sagrado se está refiriendo, obviamente, al Señor Jesucristo, pero los principios que se establecen allí son aplicados por extensión a todos aquellos varones que en la iglesia local Dios llama para que sean responsables ante Él de proveer protección a los creyentes que forman la iglesia local. Aprendamos, pues, que dice la Biblia acerca de los pastores:
I. El Buen Pastor es un Hombre de Dios. (10:2-4).
Nadie puede ser pastor de una iglesia local sin haber tenido la experiencia de un encuentro personal con el Señor Jesucristo.
Entró por la puerta (v. 2) la cual es Cristo. (v. 7).
Todos los que estamos en el ministerio del pastorado tuvimos una experiencia de entrega a Cristo por la fe. El que esto escribe tenía quince .........años cuando en una zona rural, un día viernes por la noche y durante un fuerte tiempo de lluvias y al escuchar la predicación basada en Hechos 16:31, sintió en su corazón la necesidad de recibir a Jesucristo como Salvador personal y Señor absoluto de la vida. Desde ese momento la vida fue transformada y más tarde el Señor le hizo el llamamiento para pastorear a los diferentes grupos de creyentes. Este pastor no ha sido fiel como Dios esperaba, pero el Señor ha tenido misericordia y por su gracia está al frente de una obra local. Todo lo anterior ¿Por qué? Porque tuvo una experiencia personal de encuentro con el Señor.
Goza de la confianza de Dios. (v. 3).
Entre Dios y el pastor hay una comunión basada en la fidelidad de Dios; hay una amistad íntima; hay un compañerismo precioso donde tanto Dios cuenta sus cosas privadas a su amigo por medio de la revelación escrita, como también el pastor cada día se comunica con su Salvador por medio de la oración.
II. El Buen Pastor se Entrega a sus Ovejas. (v. 11).
Todos sabemos que Cristo por amor a los pecadores entregó su vida en la cruz del Calvario. De la misma manera, el buen pastor es capaz de entregar su vida por sus ovejas. Estimado lector, quiero contarle una experiencia tierna y conmovedora que este pastor observó durante la guerra civil que se libró en El Salvador.
En el año de 1981 ya la guerra se estaba extendiendo por todo el país y el gobierno, a través de su brazo armado obligó que los hombres se organizaran en grupos de defensa civil para servir como grupos paramilitares. En un lugar de la zona rural llegó la orden de que los hombres se organizaran como grupo de defensa civil; el encargado de hacer esto no tuvo respeto por los miembros de la iglesia local y obligó a los diáconos como a todos los jóvenes a tomar las armas y recibir entrenamiento militar.
El anciano pastor de aquella congregación tomó su Biblia para ir a consolar a los miembros de su iglesia que ya estaban uniformados, armados y recibiendo entrenamiento militar. El presidente de los diáconos paró su ejercicio militar y le habló estas palabras: "Hermano pastor, queremos pedirle que se vaya de aquí; mire cómo la desgracia nos llegó; hermano, no queremos que muera junto con nosotros, váyase". El anciano pastor comenzó a llorar y dijo estas palabras: "Hijos, no me pidan que los abandone, mejor consíganme un fusil para pelear junto a ustedes y así morimos todos juntos". ¡Ese hombre era pastor!
III. El Buen Pastor Conoce el Estado de sus Ovejas. (10:14)
Las conoce tanto que las llama por su nombre. (v. 3). ¿Cómo es que un pastor conoce a sus ovejas por nombre? Muy simple, porque la ama, porque tiene comunión con ellas, porque fomenta la amistad con ellas. El pastor que conoce a sus ovejas por nombre se interesa por cada detalle de la vida de sus ovejas. Un pastor cuya única preocupación sea el bienestar propio de su persona sin importarle nada del los miembros de su iglesia, no podrá ser un buen pastor.
IV. El Buen Pastor Busca las Ovejas Perdidas. (10:16).
(Jesús es el modelo del cristiano con corazón de pastor). (San Mateo 9:35,36). Cuando leemos el libro del profeta Ezequiel vemos el duro reclamo y condena que Dios hace contra los pastores del pueblo de Israel. Dicho pastores no estaban interesados en el bienestar de las ovejas, sino sólo de sus intereses personales. Estimado lector, le ruego haga una lectura con meditación de I Tesalonicenses Cáp. 2 para que se dé cuenta de cómo debe ser un pastor que ama a sus ovejas.
V. El Buen Pastor es Amado de Dios. (10:14).
Dios tiene fieles promesas para todos los buenos pastores que por amor a su Señor se dan al rebaño de todo corazón. ¡Cuánta bendición derrama Dios sobre aquellas iglesias locales donde el pastor tiernamente ministra a sus miembros y donde los miembros aman y respetan al pastor y juntos en comunión llevan adelante la obra del Príncipe de los pastores!
VI. El Buen Pastor Necesita el Apoyo de sus Ovejas.
Que le obedezcan (10:3).
Pastor está asociado con profeta. Recordar Deuteronomio 18. Este pasaje es una profecía acerca de la venida del Señor Jesucristo, pero el principio que tenemos aquí es que el miembro que no obedezca al pastor, Dios lo juzgará. Vivimos en la dispensación de la gracia en la cual en ningún período de la historia humana había habido tanta bendición espiritual como las que tenemos hoy.
Disponemos de muchas versiones bíblicas, de estudios especializados, de recursos electrónicos para hacer más fácil la obra del Señor, pero los grandes privilegios también cos acarrean grandes responsabilidades. De manera que si no somos fieles con las bendiciones que Dios nos ha dado pagaremos precios muy elevados por tener en poco la bendición de Dios. Los pastores son bendición de Dios y debemos estimarlos porque la Biblia dice que ellos velan por nuestras almas y algún día darán cuenta a Dios acerca de su obra en el ministerio.
Que le sigan. (10:4).
Cuando el pastor diga: "vamos, hermanos a hacer la obra de Dios". La iglesia debe responder: "¡Sí pastor, vamos!"
Que le conozcan. (v. 14).
Estimado lector, ¿Conoce Ud. las necesidades de su pastor? ¿Sabe de todas las tribulaciones que experimenta ese hombre que ha dedicado su vida para servirle al bendito Dios? ¿Le estimula Ud. por su trabajo, por su dedicación, dándole palabras de aliento, o quizá invitándolo a una cena cuando sea oportuno? ¡Ame a su pastor y Dios lo bendecirá a Ud.!
Conclusión:
Dios ha dejado los pastores para que alimenten con la Palabra de Dios a las ovejas; los ha dejado para que cuiden sus almas con el consejo oportuno, con la oración y con el buen ejemplo. ¡Estos son los buenos pastores que imitan al glorioso Pastor, nuestro Señor Jesucristo! Todos los miembros de la iglesia debemos amar al pastor y respetarlo y apoyarlo para que así el Señor nos bendiga ricamente, Amén."
Author: Esaú Crespo.
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